Cuando hablamos de iglesias de Londres, probablemente lo primero que nos venga a la cabeza es la Abadía de Westminster, pero en una visita a la capital británica no podemos olvidarnos de la Catedral de San Pablo. Toda la construcción es considerada una obra maestra, por lo que nos parece muy recomendable su visita, pero fue la subida a la cúpula lo que más nos impresionó. No en vano, la cúpula es la segunda más grande del mundo por detrás de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Construida entre 1676 y 1710 en el mismo lugar donde se asentaba la catedral medieval que fue destruida en el gran incendio de 1666, esta catedral forma parte del paisaje de Londres y de su historia, ya que en ella han tenido lugar acontecimientos tan importantes como el funeral de Winston Churchill o la boda del Príncipe Carlos y Lady Di.
La subida a la cúpula no sólo nos permitirá admirar los frescos más de cerca sino que además podremos disfrutar de unas preciosas vistas de toda la ciudad.
El ascenso se divide en 3 tramos. El primero, de 259 escalones bastantes anchos y fáciles de subir, por el cual llegaremos hasta la Galería de los Susurros, que consiste en un estrado que bordea todo el diámetro de la cúpula (32m). Se llama así porque se dice que la acústica es tan buena que podríamos oír un susurro de la parte opuesta. Nosotros no lo probamos pero simplemente estar allí sentados (tiene una especie de banco pegado a la pared), contemplando los frescos y las vistas del interior de la catedral, hizo que fuese una experiencia única. Además, está muy bien para recuperar el aliento y prepararnos para seguir subiendo.
El segundo tramo, de 119 escalones más estrechos, nos lleva hasta la Galería de Piedra, donde salimos por primera vez al exterior. Se trata de un mirador bastante ancho alrededor de la cúpula, que nos ofrece unas increíbles vistas de 360° de la ciudad del Támesis.
Desde aquí se puede iniciar el descenso, pero si aún nos sentimos con fuerzas, podemos ascender el tercer y último tramo de escaleras. Consiste en algo más de 150 escalones, hasta los 530 que en total forman la subida. Este último tramo, bastante estrecho y con peldaños muy altos que lo hacen complicado, nos conducirá hasta el punto más alto de la cúpula, la Galería Dorada, a unos 85m de altura. Este mirador es más estrecho, pero desde aquí las vistas panorámicas de Londres son espectaculares, haciendo que subir cada uno de los escalones merezca la pena.
Una vez de vuelta en la Catedral, se puede aprovechar para visitar la Cripta, donde están enterrados famosos personajes de la historia como el Almirante Lord Nelson, el Duque Lord Wellington o el descubridor de la penicilina, Sir Alexander Fleming.
En el interior de la catedral no está permitido el uso de cámaras fotográficas ni de vídeo, por lo que no pudimos hacer ninguna foto de la cúpula por dentro, pero esto hará que os llevéis aún más sorpresa. En la galería de fotos de la parte inferior de este post podéis ver algunas fotos de la catedral y sus vistas.
Dos consejos por si estáis planeando ir: los domingos está reservado exclusivamente para los fieles y por tanto no se permiten las visitas y si compráis las entradas por Internet (necesitáis saber el día exacto que vais a ir), os ahorráis £2 en cada una, además de acceder por la fila rápida.
Si queréis más información acerca de la catedral, ésta es la página oficial. Pinchando aquí, accederéis a la parte en castellano, tiene mucha menos información pero está todo lo necesario acerca de horarios, tarifas y de cómo llegar.
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